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miércoles, 27 de febrero de 2013

Las Amargas Lágrimas de la Indignación.








          Hoy, quiero publicar algo breve - y muy distinto a los registros que vengo empleando - a modo de  homenaje a quien siempre se preció de ser el mayor defensor de los derechos humanos y libertades inalienables, padre ideológico del movimiento de INDIGNADOS, con quienes se podrá simpatizar más o menos, pero cuya existencia y relevancia en la actual situación social y económica  no puede, no debe, pasar inadvertida en justo reconocimiento a este luchador, veterano de guerra y librepensador de innegable lucidez.

        Hoy, puede que el mejor Epitafio, lo constituya el extracto de su propia obra que se materializó como un deseo, el mejor de todos ellos, al resto de la raza humana.


Esta mañana nos hemos desayunado con la triste noticia del fallecimiento de Stephanè Hessel. El veterano activista de la Resistencia Francesa – siempre a las órdenes de De Gaulle – durante la ocupación nazi. No pudo o no quiso ya, a sus castigados 95 años, volver a burlar a la muerte como lo hiciera durante su juventud en el Campo de Concentración al que fue enviado, tras su detención y tortura por su oposición al régimen de Hitler, usurpando entonces la identidad de otro preso fallecido de tifus, escapó a una muerte segura y lo seguiría haciendo, durante sus continuas entradas y salidas de prisión hasta su definitiva huida de un "tren de la muerte" y su posterior unión al ejército norteamericano que libertara París. Su vida fue siempre una partida de póker con el destino. Iba de farol, le gustaba arriesgar. Y ganó.

Este librepensador, alemán de nacimiento y francés de corazón, decidió anoche que ya había cumplido con su misión, al materializarse el contenido de su manifiesto “Indignez vous!” en el germen de ese movimiento de indignados que recorre, convulsionando, toda Europa. Ideológicamente opuesto a mi pensamiento, salvo en lo concerniente, claro es, a la dignidad humana y los derechos inherentes a la misma, admirado y respetado, envidiado pero honrado, hoy toca rendirle un más que merecido homenaje por su incansable lucha en pro de los derechos humanos.

Si repaso ahora su labor, sólo puedo rendirme ante una lucidez mental extrema, propia de un revolucionario, un visionario, un líder de masas que, sin profundizar en la conceptualización, más allá de apelar a la propia dignidad personal, ha hecho de la indignación una forma de vida, con la que se podrá estar de acuerdo o no, asumir de forma moderada o en su vertiente más radical, pero lo cierto es que él ha conseguido movilizar a todo un continente, removiendo conciencias e, incluso, los cimientos de cada Nación.

Hessel, socialista convencido, reivindicativo por principio, amigo de judíos, negros y gitanos y defensor a ultranza de las libertades personales y la justicia social, ha dejado de ser hombre para convertirse, hoy, en mito. 

Hoy una mujer de derechas, llora, con las amargas lágrimas de la indignación, a un hombre bueno de izquierdas.

Allá donde esté… descanse Stephanè Hessel, siempre, en paz.

“Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos. Volvemos a encontrarnos con esta corriente de la historia, y la gran corriente de la historia debe perseguirse por cada uno. Y esta corriente nos conduce a más justicia y libertad; pero no a la libertad incontrolada de la zorra en el gallinero…”
(S. Hessel – “¡Indignaos!”

1 comentario:

  1. Descanse en paz. Un buen homenaje para un buen hombre, de una buena escritora. Debe sentirse honrado alla donde este. A partir de hoy yo tambien sere un indignado, merece la pena.

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