En menos de un mes de andadura ya hemos alcanzado las dos mil visitas al Blog, sólo me resta daros las gracias a todos los
que me habéis mostrado vuestro apoyo incondicional, ya sea en público o en
privado, seguidores identificados o anónimos: GRACIAS. Y gracias también, muy especialmente y con toda
sinceridad, a aquellos otros, que corroídos
por un odio sangrante y el resentimiento más obsceno, os erigís en fuente
inagotable de inspiración para mí, muchas gracias. El Sueño de una Noche de
Carnaval va por todos vosotros…
Me adentro en la amplia estancia acristalada con vistas
al Gran Canal tras los primeros rayos del sol de la mañana que se esparcen sobre
el suelo marmolino, bruñido, reflejando el tenue fulgor entre cintas de colores.
Me acompaña el eco amortiguado de mis pasos.
Sobre el piano de cola, descansan los destellos de dos
copas y los restos de una botella de Moët junto a la orquídea negra, complemento
característico con el que adornara su, siempre frívola, elegancia el más grande Amante de
todos los tiempos.
Más allá, junto al ventanal, la máscara olvidada de
Arlequín, que reposa en el diván sumido en un plácido sueño etílico, ha dejado
resbalar el brazo sobre el suelo, aferrando aún una copa. Ese Arlequín, que
abandonó su ingenuidad, se ha convertido hoy en alguien sofisticado, dotado de
una astucia aguda con la que se burla de los arrogantes y los codiciosos, descansa ahora, tras el Baile de Máscaras, ajeno a la belleza de la ciudad que
comienza a desperezarse entre bostezos, ajeno, también, a los ardides que, sin
duda, ya está tejiendo a su alrededor el Doctor Balanzones, el avieso y henchido personaje, cuya ignorancia le acaba dejando siempre en el más
estrepitoso de los ridículos. La maldad es así de caprichosa, para poder domarla,
poseerla y dominarla, la
Naturaleza ha de dotar al malvado de una inteligencia
superior… Balanzones, es evidente, carece de ella.
Colombina, por su parte, yace tranquila, acompasando su respiración a la
de su amante, enredada en su cuerpo y soñando con la mirada candorosa de
Arlequín, me imagino, al escudriñar la risueña expresión de su cara dormida. Al
vagar la mirada por cada uno de los rincones de esta gran habitación, descubro
a todos los personajes de la
Comedia del Arte, maltrechos y diseminados en esperpéntica
posición. Me recuerda el escenario de una trama similar a la de “Les
Enfants du Paradis”.
Algunas otras figuras desmadejadas completan la grotesca escena. Seres disfrazados que, por una noche, usurparon la piel de otra persona, al ocultar sus rostros tras una máscara que les propiciaría la
efímera e inusual vivencia, desinhibida y enloquecida, de aquel baile nocturno.
En el sillón del fondo, junto a la gran puerta que da acceso al jardín, Fauno
toca la flauta, es una melodía triste, como su mirada perdida. Probablemente
sea consciente de que las horas pasadas han formado parte de una existencia
irreal, el espejismo de una felicidad inducida por el alcohol y las
ensoñaciones de amores fingidos, escondidos tras el pesado cortinaje de
terciopelo burdeos donde se oculta también, furtivo, el enmascarado que cubre su
desnudez con una amplia capa de satén, mientras una risa, perversa y
perturbada, sacude, en un horrendo estertor, su cuerpo fláccido y marchito,
castigado por los excesos de una vida canalla.
Pierrot, cuyo maquillaje desprendido desfigura su rostro
en una mueca aterradora, se aproxima tambaleándose desde el fondo, mientras se
limpia los restos del vómito amargo de las comisuras desdibujadas de sus
labios. Lleva el laúd a la espalda, las cuerdas rotas y la madera astillada por
un lateral. Lo miro al pasar, aturdido, junto a mí y pienso en la semejanza que
presenta el quebrado instrumento con su propietario: ambos simbolizan la
decadencia de un esplendor pasado.
Es el ocaso de un siniestro Baile de Máscaras, el resultado de una
farsa, un tributo a la falacia de esa cruenta orgía etílica que ha tenido lugar
durante la noche. Una noche que se ha prolongado en exceso. El ambiente
enrarecido de la sala contrasta con el aire matutino impregnado del frescor del
jardín del que brota el acompasado sonido del agua cristalina, manando incesantemente de
la fuente de piedra que constituye el centro de ese remanso de paz y calma
realidad. La límpida pureza de fuera no puede penetrar en el viciado habitáculo en el
que, lentamente, los inermes títeres parecen ir cobrando vida, mientras
comienzan a tener consciencia de su propio ridículo. La turbación del estado
beodo, que apenas si van abandonando, les hace inclinar la mirada mientras me
encamino hacia el amplio ventanal, decidida a apartar las opacas cortinas que
permitirán la iluminación total del patético escenario y con ello la vuelta a la
realidad.
Es el despertar de un sueño. El Sueño de una Noche de
Carnaval…
Con frecuencia he intentado
explicarme la razón de determinados comportamientos aunque supongo que los
mismos no encuentran justificación fuera de lo que es una existencia
carnavalesca, falsa e irreal, espejismo efímero de una vida amparada en la
cobardía de un antifaz anónimo. Un baile de máscaras en el que siempre excuso mi
presencia.
Genial. Nuevamente mi enhorabuena por esa particular manera de narrarnos tu personal visión de la vida. Demuestras como siempre una gran inteligencia al hacer de tus enemigos tu fuente de inspiración. Su insignificancia te hace aún mas grande.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, anónim@ amig@. Sin embargo,mi personal forma de narrar la realidad, tal y como yo la concibo, no me parece indicativo ni sintomático de nada en particular. Es la verdad, con frecuencia encuentro la inspiración tanto en las filias como en las fobias, aunque las segundas me produzcan una irreprimible sensación de ridículo ajeno. Tampoco considero que la talla moral de una persona se la otorguen sus detractores, en realidad es al contrario: la grandeza de una persona, se mide por la altura de sus enemigos.
ResponderEliminarMe ha encantado leer este episodio pues puedo imaginarme la escena que describes, yo tambien te felicito por como cuentas tus historias consigues atrapar la atencion de quien te lee desde principio a fin. Espero que tengas muchas mas historias que contar para poder leerlas.
ResponderEliminarGracias. Pues, lo cierto es que sí, tengo muchas, muchísimas historias más que contar y que espero poder seguir compartiendo con vosotros.
EliminarPrecioso relato. Estoy totalmente de acuerdo con los otros comentarios. Incluso las descripciones mas grotescas las cuentas con una sensibilidad elegante. Me gusta mucho la descripción que haces de los personajes, todos tenemos a nuestro alrededor a alguno y me parece un verdadero arte la capacidad de encontrar similitudes que tienes. Conforme vas publicando se me hace más dificil elegir un favorito, ya sea en un episodio cómico o en alguno más serio.
ResponderEliminarJuan F.
Vuestros comentarios son el mejor incentivo para continuar con el Blog. Gracias por seguirlo y, sobre todo, gracias por participar en él activamente.
ResponderEliminarYa estoy esperando tu próximo capitulo . Me encanto : ¨ Quien a hierro mata, a hierro termina muriendo...¨, incluso tus respuestas también. Que me ayudan a tener otra actitud mucho mas positiva. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias a tí anónim@ amig@. Como ya he dicho, todos estos comentarios y saber que hay gente esperando mis publicaciones me animan a seguir, no escribiendo, que es algo que he venido haciendo siempre, sino a publicarlas.
ResponderEliminarEs reconfortante saber que mis pensamientos le resultan de ayuda a otras personas, me alegro de que así sea.
Espero seguir sin defraudar.
Antes que nada felicitarte por el éxito de tu Blog, luego volver a hacerlo por tu nuevo relato. En una sola palabra, sublime.Si me pides que lo califique con otros adjetivos se me ocurren algunos más: inteligente, elegante, pulcro, delicado. Perdona pero el don de la palabra lo tienes tu. Engancha tu forma de escribir hasta el punto de entrar cada dia a consultar si para nuestra suerte has publicado algo más, espero ansioso una nueva publicacion y como ya te han dicho antes pones cada vez mas complicado elegir un favorito, son todos magistrales. Muchas felicidades.
ResponderEliminarPues... muchas gracias, aunque el éxito no sería tal si vosotr@s no me leyérais. Sí, espero seguir publicando, habrá veces que con menor frecuencia por la evidente limitación del tiempo y del trabajo, pero espero seguir haciéndolo.
EliminarCelebro que te gusten mis relatos y te agradezco que participes, activamente, a través de tus comentarios.
¡Me encanta!. Este es genial mientras lo lees te sientes en Venecia (por lo del Gran Canal y las mascaras)y te puedes imaginar la escena. Me ha encantado y felicidades por las dos mil visitas que deseo lleguen a ser muchas mas pronto.
ResponderEliminarGracias. Esa es la idea, intentar describir con las palabras la imagen que estoy presenciando, aún cuando la misma sólo tenga lugar en mi mente. Si consigo transmitirlo quiere decir que os estoy adentrando en mi imaginación y comparto esa vivencia con vosotr@s.
EliminarNo me extraña que en la sala de vistas dejes a más de un@ con la boca bien cerrada, lo tienen bien dificil! No nos equivocamos cuando te nombramos nuestro asesor jurídico, pues ese don tuyo junto con el conocimiento profundo del derecho es imbatible.
ResponderEliminarEstimado seguidor y Cliente: espero que sigas manteniendo esa opinión durante muchos años más. Gracias por la generosidad de tus palabras.
ResponderEliminarPura belleza, sensibilidad en esencia. Elegancia. Gracias por regalarnos tus escritos, por compartir tu vision de la vida.
ResponderEliminarGracias a vosotr@s por seguirme.
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