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lunes, 8 de abril de 2013

Destino... el Averno.







Me parece, sencilla y sinceramente, que peor ya no se puede hacer. Este país de locos es un verdadero frenopático, cada día más. Una nación abocada al más estrepitoso de todos los fracasos predecibles, gobernada por una panda de cuatreros inútiles desde los tiempos de Felipe González. Los dislates, los casos más sangrantes de corrupción y la exaltación de la imbecilidad humana en sus máximos exponentes no ha tenido, desde entonces, interrupción alguna y sí una clara línea, ascendente, de superación paulatina.

Y aquí seguimos... Unas escalofriantes cifras de desempleo, una cada vez más empobrecida sociedad – y no hablo ya sólo de medios económicos, sino intelectuales e, incluso, morales – y una legislación hipotecaria, trasnochada y absurda, que data de 1.861 y que estos oligofrénicos se niegan a modificar porque "hundiría el sistema bancario del país". Es decir, haría saltar por los aires ese oscuro e imbricado entramado que Europa ha decidido “rescatar” a costa de unas condiciones que soportan nuestros ya, casi exánimes, hombros y que se ha “comido” un dineral que ahora vaya Vd. a saber cómo y cuándo podremos devolver... si es que lo hacemos.

Pero aquí estamos: PRÉSTAMO CON GARANTÍA HIPOTECARIA, origen de todos los males, ya previsto en el DigestoDerecho Romano del que bebió y sigue bebiendo nuestro Derecho Civil. Que el Derecho, señores, se reduce al menos común de todos los sentidos que es, precisa y paradójicamente, el sentido común o, aquello que es razonable. Y lo que es razonable, habrá de ser, necesariamente, justo o equitativo – y que no deja de ser una figura jurídica tan simple como lo que sigue:

Emilio “el pudiente” decide prestarle a Mariano “el currito” la cantidad de 100’00 €, Mariano, solícito y escrupuloso cumplidor, siempre, de las obligaciones que asume, ofrece como “garantía” del pago la entrega de un reloj, caro y flamante, de manera que si Mariano no devuelve la cantidad que le ha sido prestada, hará entrega a Emilio del reloj, así, sin más. Es decir en caso de que no se haga efectiva la devolución del dinero prestado, la deuda quedará saldada con la entrega del reloj, ofrecido como garantía de la íntegra devolución del efectivo cedido en préstamo, dado que es lo convenido entre las partes.

Bien, pues si este ejemplo lo trasladamos a la realidad social que se vino dando en España, la cuestión queda reducida a lo siguiente:

En un país con un futuro prometedor, el Sabio Prohombre que lo gobernaba decidió que todos aquellos súbditos procedentes de otros Reinos que quisieran venir a vivir en este "paraíso de las abundancias" podían hacerlo, sin importar, en principio, que hubiera o no una infraestructura solvente para acogerlos. Este Sabio Prohombre llamó con trompetas y tambores a todos aquellos que decidieran afincarse en este fértil vergel, eso sí, sin haber previsto que una vez aquí, pues es una nimiedad sin importancia, tendría que garantizarles derechos tan básicos como debían, utópicamente, tener los súbitos nativos: al trabajo, a una vivienda digna, a la educación y a la sanidad, por poner algunos ejemplillos sin mayor trascendencia que la simple enumeración aleatoria.

Ante semejante reclamo fueron muchos los que llegaron en busca “del Dorado” pues les aguardaba un futuro prometedor – así se lo vaticinaban - y cada vez fueron llegando más y más, tantos que al final se decidió que bastaba con un simple “ticket” del autobús para acreditar la residencia de los forasteros que aquí moraban en una dudosa legalidad y así se hizo… ¡Y venga alegría y venga alboroto y venga derroche…! Y era tanta la euforia y tan esperanzador el futuro que se hacía preciso construir viviendas para todos y era necesario, también claro, pagarlas y ¿qué mejor negocio para un Banco?, ¿acaso no se dedican a “comprar” dinero barato para “venderlo” caro?. Así y si solo bastaba el billete de un autobús para regularizar la situación del agradecido “votante en potencia” no iba a ser menos para la Banca – que no lo olvidemos, “siempre gana” - otorgar hipotecas con la única garantía de una nómina, que si era de 900’00 € y la cuota hipotecaria lo era de 850’00 €, se cubría de sobra el pago mensual, total, la gente se alimenta del aire… Y así fue. Hipotecas, hipotecones, préstamos y prestamones… Que esto era el País de Jauja… y seguíamos con la alegría, el alboroto y el despilfarro… ante el maná que caía del cielo benefactor y así lo voceaba el Sabio a los cuatro vientos.

Poco a poco, el Sabio Prohombre – el más sabio de todos ellos, a la vista estuvo entonces y ahora también lo está, por ser éste un extremo indubitadamente acreditado - se dio cuenta de que esto se iba al garete y como buen capitán de navío, fue el primero en abandonar el buque que ya zozobraba. Agarró su salvavidas y se dispuso a saltar desde la cubierta con un “¡Ahí os muráis todos que yo me voy!”.

Y entonces, poco después, llegó el cataclismo. Y a punto estuvieron los “Visitantes”, todos ellos vestidos de negro y más serios que un ajo, de tomar las riendas y asfixiarnos un poquito más que el Sabio nos dejó moribundos pero sin el tiro de gracia, que aún lo estamos esperando con un afán liberador. Y la gente se indignó, los regularizados dejaron aquí sus escasas pertenencias regularizadas y se marcharon a sus regularizados países, hubo insumisos que se alzaron contra el pago de las hipotecas y quienes intentaron parar los desahucios haciendo del derecho básico de todo español a una vivienda digna el adalid de su lucha y otro Sabio Prohombre llegó y así acabó Jauja convirtiéndose en el Averno y el nuestro, fue ya, un peregrinar sin rumbo hacia él, en círculos concéntricos... Pues no sabemos si vamos o venimos, que diría el Gallego...

Y ahora me pregunto, si Mariano Rajoy, "el currito", hubiera pedido una hipoteca a Emilio Botín, "el pudiente", y dada su precaria situación económica, al encontrarse en desempleo, no poder atender los pagos acordados… ¿entregaría su amado reloj y quedaría obligado, de por vida, a devolver la cantidad pactada más los intereses o… Emilio accedería a saldarlo a cambio de la entrega de la garantía pactada…?.

Esa es la cuestión.

Stefan Zweig dijo una vez: “Cuando los revolucionarios llegan al poder dejan de ser revolucionarios”, puede que sea, también, acertada aquella que indique “Nadie comprende al igual sino cuando está en su misma situación” y aquí señores, lo que nos falta, es comprensión. Que a nadie le duele la llaga ajena tanto como a quien la padece.

6 comentarios:

  1. Gracias por haber escuchado la solicitud que te hicimos de tocar temas juridicos jamas me habian explicado con tanta claridad lo que es en realidad una hipoteca y tal y como lo has dicho debia ser ilegal entonces lo que hacen los bancos.Es increible como nos manipulan y es increible tambien lo claras que tienes las ideas cuando te leo es cuando me arrepiento de no haber estudiado derecho a ti no hay quien te tome el pelo. Por favor sigue escribiendo sobre estas cosas que para los demas nos suenan a chino y claro asi vamos nos conformamos con lo que nos cuenta.Que injusticia. Hoy mas que nunca tengo que darte las gracias.

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  2. El mérito no es mío, sino de quienes me habéis sugerido que hablara de temas jurídicos, a pesar de mis reticencias, especialmente se debe a Patricia y a su apabullante sentido de la practicidad, así que, en justicia, es a ella a quien deberías darle las gracias, no a mí.
    Sí, triste pero cierto: gobernar parece haberse convertido en el mejor sinónimo de MANIPULAR. En cuanto a lo de estudiar Derecho debo decirte que "nunca es tarde si la dicha es buena" y por cuanto respecta a que a mí no hay quien me tome el pelo, te diré que también me las cuelan... En fín, soy yo, quien hoy, como siempre, debe darte las gracias a tí por leerme y por participar.

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  3. Genial!. Tu inteligencia, tu astucia y tu sarcasmo hacen que todo lo que escribas sea no solo interesante sino ilustrativo y sintomatico de la persona que lo firma.
    Nuevamente enhorabuena, no es posible decir nada distinto a eso.

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  4. Lamentable que los que gobiernan y los que hacen ruido (que a eso le llaman oposicion) dediquen sus comisiones a elaborar leyes de transparencia que no serviran para nada y que todavia no se hayan enfrentado a modificar la ley hipotecaria, que es del s xix! Increible pero cierto. Y el tema de la inmigracion, mejor no lo has podido explicar.

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    1. Lamentable, efectivamente, tanto los que ahora Gobiernan como los que se sientan en la bancada opuesta a cacarear y rebuznar... Una pérdida de tiempo la Ley de Transparencia porque mientras siga habiendo - y los habrá - chorizos sin escrúpulos siempre existirá el mecanismo de "saltársela a la torera" que en eso los españoles, somos expertos. Decididamente se hace tanto más preciso cuanto más necesario proceder a la revisión de la legislación hipotecaria, como único modo de frenar esta sangría. El tema de la inmigración es como es... no hay más y ahora de aquellos lodos vienen estos barros... Gracias por tu participación.

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