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martes, 14 de mayo de 2013

La niña que escribió sobre un viaje a las estrellas.









Ya os he hablado, en anteriores ocasiones, de Marta. Marta es la mayor de mis sobrinos, una personita de casi doce años ya, inquieta y de imaginación despierta, a quien siempre he considerado mi más legítima heredera. Le encanta escribir y creo, sinceramente, que lo hace francamente bien, como lo demuestran las múltiples menciones y premios literarios que ha venido obteniendo desde que se despertara esa afición suya de la que, en cierto modo, me siento orgullosamente responsable.

Cuando me dio a leer su último relato “Un Viaje a las Estrellas” tuve el convencimiento de que no cualquier persona de once años es capaz de escribir algo así, no sólo por la redacción en la que está construida sino por la historia que en ella se desarrolla.

Hoy, satisfecha como me siento al descubrir en mi sobrina el reflejo de la niña que un día fui, me ha apetecido publicar su historia, la historia de Canon, la niña que viajó a las estrellas, con el íntimo deseo de que Marta, un día no muy lejano, logre realizar ese viaje a la galaxia que constituye sus sueños y anhelos, que, al parecer, son los relatos… Y allí la estaré esperando entonces.

"Un Viaje a las Estrellas"

Por Marta Beltrán Millán

Todo empezó un día, los Nube Oscura pudieron derribar la gran barrera que protegía la estelar Ciudad del Firmamento, y, dispuestos a raptar a la futura reina recién nacida, se encaminaron hacia el castillo, arrasándolo todo a su paso. Los habitantes de aquella maravillosa ciudad corrían despavoridos, pues pensaban que había llegado el fin de su hogar. Finalmente, todos se escondieron en el refugio del Palacio Real esperando respuestas. Los reyes no sabían qué hacer. La reina estaba muy preocupada por su hija y el rey decidió que la debían poner a salvo en el Mundo Inferior, porque nunca se les ocurriría mirar allí. A la reina le costó bastante, pero comprendió que era la mejor solución.  De noche, cuando los Nube Oscura se habían ido para regresar al día siguiente al no haber podido tirar las grandes puertas del castillo, fueron sigilosamente al Portal que conectaba con el Mundo Inferior y allí la dejaron, en una cesta blanca. Se despidieron de la niña y, con mucha pena, se fueron. Entonces, el portal la envió a un lugar cubierto de nieve llamado Valle Blanco.
Fssssssssssssssssssssh…
-¡Quién anda ahí!- dijo un guardia del castillo de la ciudad. De repente oyó un ruido que parecía un llanto.
-Parece… ¡sí, es un bebé! Y aquí pone su nombre…Canon… es un nombre muy bonito. ¡Hay que avisar a la reina! ¡Guardias, que venga la reina!
Después de un rato apareció la reina Isabela y, cuando vio a Canon se puso muy feliz, pues los reyes no tenían ninguna hija. La niña creció muy rápido y, al final cumplió los dieciséis años.
Era el cumpleaños de Canon. Sus padres, el rey Marco y la reina Isabela, le prepararon una fiesta. Canon desde hacía poco soñaba con las estrellas, con que le llamaban. En sus sueños veía a un hombre y a una mujer que le llamaban por su nombre y le decían que subiera a las estrellas. Ella sabía que ocurría algo. Para despejarse, subió a la azotea del castillo. Subiendo las escaleras, se fundió una bombilla del techo. Miró hacia arriba y vio una especie de trampilla. Se subió a un taburete y la abrió cuidadosamente. De ella salieron unas escaleras. Canon cogió un candelabro y subió; todo estaba oscuro y sucio y no se vería nada si no fuera por aquel candelabro. De repente oyó un ruido, se asustó y se le cayó el candelabro y se apagó. A tientas, abrió la larga cortina y pudo ver todo lo que había: unas cuantas telas dobladas junto a un telar y un baúl. Abrió el baúl y sacó todo lo que había en él. Al fondo había una caja dorada con unas joyas muy raras incrustadas que brillaban muchísimo. Abrió la caja y escrita en papel dorado con una letra preciosa había una carta que decía:
Saludos, habitantes del Mundo Inferior:
Somos los reyes de la Ciudad del Firmamento; yo soy la reina Iluminada. Vosotros habéis criado a nuestra hija como si fuera vuestra y os lo agradecemos, cuando sea mayor y esté nuestro reino a salvo, nos gustaría que volviese a nuestro lado.
Nuestros mejores deseos, Los reyes de la Ciudad del Firmamento.
Canon no entendía nada y quería saber lo que ocurría. Bajó y se fue a su fiesta. Al día siguiente quedó con su amiga Serena y le enseñó la carta. Le dijo que había soñado con dos personas y creía que eran sus padres por la carta que encontró en el desván. Estaban confusas, y ya era muy tarde, así que se fueron a su casa. Esa noche soñó otra vez con aquellas personas y le explicaron lo que ocurría; que ellos eran sus verdaderos padres y que tuvieron que dejarla allí por su seguridad. Al día siguiente, se lo contó a Serena y, mientras hablaban llegó Klaus, un amigo suyo. También le contaron lo que pasaba y él les dijo que había oído por ahí que hay unas escaleras mágicas que suben al cielo. Entonces decidieron hacer un viaje para que Canon regresase a su casa. Se lo dijeron a los reyes del valle y lo comprendieron. Al día siguiente estaba todo preparado: ropa, armas, escudos y por supuesto, provisiones. Por la tarde se fueron. Recorrieron un largo camino hablando, riendo, cantando… Hasta que, al quinto día de viaje, llegaron a una gran cascada que les cerraba el paso. Estuvieron un rato pensando qué hacer y a Serena se le ocurrió una idea. Derribar un árbol del otro lado con su arco y una flecha y que se cayese al agua para poder pasar por encima. A todos les pareció bien y lo hicieron. Así siguieron su camino. Pasaron por un pueblo llamado Gimelwin  en el que había muchos niños que les saludaban al pasar. Oyeron de la gente del pueblo que había una cabaña a las afueras de la ciudad en la que vivía un sabio. Decidieron visitarle para ver si sabía algo sobre las escaleras mágicas. Salieron discretamente del pueblo y al poco rato llegaron a una cabaña pequeña, entraron y se asombraron muchísimo. La cabaña parecía pequeña por fuera pero no era ni un cuarto de lo que era por dentro: enorme. Estaba oscura, pero no tanto como para no ver lo grande que era. De repente oyeron un ruido, como un silbido, y apareció un fénix sobrevolando sus de sus cabezas. Entonces, de una puerta apareció un anciano con una barba larga y gris. Nada más apareció el anciano y la habitación entera se iluminó.
-¿Quiénes sois, si se puede saber?-dijo el anciano, acariciando al fénix posado en su hombro.
-Soy Canon y ellos son Klaus y Serena y hemos venido porque queremos averiguar más sobre las escaleras mágicas que suben al cielo de las que hemos oído- contestó Canon.
-Valiente eres por haber llegado tan lejos, pequeña, yo soy el guarda de las Escaleras Celestes. Sé que eres la princesa perdida de la Ciudad del Firmamento, pues soy sabio. Seguidme.
Canon, Serena y Klaus avanzaron detrás del sabio hasta llegar a una puerta dorada. El sabio la abrió con una llave también dorada. El interior de la puerta era una estancia iluminada con las escaleras en el centro. Subieron y al final de las escaleras había una puerta. La abrieron y había una ciudad desolada y gris. Corrieron hasta el castillo que había en el fondo y llamaron. Les abrieron dos guardias que chillaron de la emoción. Después aparecieron el rey y la reina que corrieron a abrazar a su hija y la llenaron de besos y abrazos. Estaban tan felices que la barrera rota se restauró aún más fuerte y segura, y la ciudad estuvo de fiesta durante todo el mes. Todo se arregló y los amigos de Canon se quedaron con ella para siempre con sus familias y el rey y la reina del Valle Blanco iban a visitarla. Todo el mundo fue feliz después.
TRIBUS DE NUBES
Los Nube Oscura son una tribu de nubes oscurecidas por el mal. Los Nube Clara son una tribu de nubes buenas. Los Nube Oscura se crearon cuando los Nube Clara se convirtieron al mal. Afortunadamente, no todos los Nube Clara se convirtieron así. Los Nube Oscura querían secuestrar a Canon para apoderarse del Firmamento con sus reyes arrodillados ante ellos. Hubo una gran guerra entre las dos tribus y ganaron los Nube Clara, por eso la otra tribu casi se extinguió, pero crearon una máquina para oscurecer a las nubes y recuperarse".




Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces;
el otro, alas”.
(Hodding Carter)











7 comentarios:

  1. De tal palo, tal astilla. Tiene talento Marta y suerte de tener a su lado una gran maestra.
    Es un cuento precioso rebosa imaginacion y como bien dices en la introduccion es evidente que es una chica de imaginacion despierta. ¿Quien sabe? lo mismo nos sorprendeis publicando las dos en el blog. Enhorabuena a tu sobrina y enhorabuena a ti tambien por la parte que te toca.
    Saludos
    Juan F.

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    1. Pues... muchísimas gracias, en nombre de Marta y en el mío propio, por la parte que me toca, como bien apuntas. Para serte sincera, no sólo no me importaría compartir con mi "pequeña escritora" Blog sino que la animaré a tener el suyo propio dentro de un tiempo, mientras tanto podrá hacer uso del mío tantas veces como quiera.
      Le transmitiré tu enhorabuena.
      Saludos también para tí.

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  2. Al igual que con las felicitaciones de Juan F., se las haré extensivas a Marta, aunque creo que tú podrás hacerlo personalmente. Muchas gracias, mientras tanto, en nombre de la "pequeña Virginia Woolf"... Lo mismo dentro de unos años, tras "su viaje a las estrellas", acaba siendo una gran escritora y conquista el Reino de los Nube Clara literarios, jajaja :D Démosle un poco más de tiempo.

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  3. Me ha encantado leer este cuento. Creo que tu sobrina sera tan buena escritora como su tia es una suerte que te tenga para guiar sus pasos. Enhorabuena a las dos.

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  4. De mayor quiero ser como tu!! Le diria a tu sobrina. La pena que yo ya no tengo remedio.. Pero ella, PROMETE! No es solo la imaginacion que tiene, que es evidente, sino lo bien escrito que esta, no le sobra una coma y usa un lenguaje que, sinceramente me asombra.

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    1. Pues... Tambien yo quiero ser como ella (y reconozco que es cierto: perfeccionista, pausada, reflexiva, ecuanime, bondadosa, generosa, inteligente,..., podria seguir). Cierto, comparto tu opinion: escribe bien, se expresa mejor aun y tiene una imaginacion vivaz... Pero yo, ORGULLOSA TIA, no podria decir otra cosa de ella, simplemente creo que es perfecta, mis esperanzas, anhelos y deseos estan puestos en (mi) Marta, aunque creo que terminara declinandose por el Periodismo lo que, por otro lado, me encanta: era mi segunda opcion.
      Gracias, se lo dire, aunque tengo la sospecha de que lo va a leer :D

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