Si no fuera por la experta
intervención de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil
cuyo sólido informe sirve de base al Auto que determina la existencia de
"indicios suficientes para atribuir a las personas denunciadas, con la
provisionalidad propia de esta fase procesal, la posible comisión de los
ilícitos penales" pensaría que nuestro, otrora, Excmo. Sr. Alcalde, hoy ya
Excelso Secretario de Estado de la Hacienda Pública por obra y gracia del
Ministro Montoro, ha vuelto a ser víctima de esa recalcitrante inquina que suscita,
también, entre las filas socialistas. Tras ser galardonado como uno de los
peores gestores municipales, al dejar nuestras arcas con un agujero de 550
millones de euros, muchos paisanos se asombraron de que el dedo divino de D.
Cristóbal lo ungiera como el llamado a ser su mano derecha en la administración
de los dineros públicos aunque algunos biempensantes prefiriéramos verlo,
entonces, como un cordial y próvido guiño a nuestra tierra a la que, sin duda,
habría que cambiar el nombre para pasar a llamarla el Reino del Duro Rostro. No
voy a ser yo quien dinamite el sacralizado derecho a la presunción de inocencia
ni se erija, tampoco, en vengadora justiciera de reconocidas fobias, propias y
ajenas, pero habrá de concederse que son varios los hechos objetivos que nos
llevan a concluir que ese enorme débito que nos queda hoy como reliquia podía,
quizás, haberse evitado ayer – o no -, ¿por qué se adjudicó, dicen los
murmuradores que a dedo y sin mediar una licitación pública, la gestión de
nuestras fuentes ornamentales y el mantenimiento de semáforos a una empresa
foránea – ¡de Zamora nada menos, oigan!- cuando aquí, sin duda, hay entidades
que podían haber asumido tal encomienda?, ¿acaso un Interventor municipal que
desaprueba el abono de unas facturas que, previamente, un técnico conforma sin
comprobar ni la ejecución de los trabajos que se decían facturados ni el empleo
de los materiales utilizados, no supone una clara advertencia a quien había de
autorizar los desembolsos y responder, tal es ahora el caso, por ellos?. Es
innegable el derecho de todo quien a prosperar y a ascender escalafones dentro
de la profesión que haya elegido, en función del ansia de poder o de notoriedad
que experimente, pero lo reprobable es que el desempeño de cargos inferiores, que
pudiéramos entender como “preparatorios” para el acceso a esferas más altas, se
realice como un simple medio para cubrir el trámite del exigido bagaje como
credencial a aportar pues ante este episodio sólo cabe el dolo, en el peor de
los supuestos, o la ineptitud en el más sangrante de ellos. Lo del PP, para
quienes pensamos que otro PP es aún posible, es una infamia a plazos y es que
empieza a cundir la sensación de que en tan honroso Partido – ¡gloria a aquél
que un día fuera! – no dan, paradójicamente, una a derechas, hemos pasado de
“la herencia recibida” que, durante un tiempo, justificara la ausencia de
resultados a un “todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario
y tengo derecho a defenderme”. Y ahí andan: de Juzgado en Juzgado y de
escándalo en escándalo, más de 30 casos y casi 850 “investigados” acorralan ya
a la desplumada gaviota genovesa mientras Ciudadanos se frota las manos
salivando, que éstos son de los de “a Dios rogando y con el mazo dando”, y los
de la vieja guardia, esos que nos consideramos de la derecha liberal, ya nos decantamos
esperanzadoramente por VOX – por supuesto no como opción en unas elecciones municipales,
¡Dios nos libre de tránsfugas y trepas!, pero sí en unas generales -. El PP está
herido de muerte, agonizante, exangüe por las continuas dentelladas de la
corrupción y demás sospechas varias ante la exasperante actitud de aquél que
confunde la prudencia con el temor y la paciencia de sus votantes con la más
absoluta idiocia. Veremos si tras el próximo 5 de junio seguimos siendo,
nosotros, los únicos idiotas.
Publicado en la columna de los lunes, Reflexiones de butaca, diario VIVA
JAÉN, 28/05/2018.